domingo, 10 de julio de 2022

(II) LA TRANSICIÓN VISTA DESDE CAMPILLOS, POR D. CÉSAR RODRÍGUEZ DOCAMPO (II): CAPÍTULO PRIMERO. PERFIL ROMÁNTICO DE CAMPILLOS.

 

CAPÍTULO PRIMERO:


PERFIL ROMÁNTICO DE CAMPILLOS (Málaga)



Como su mismo nombre indica, es Campillos un pueblo agrícola, sometido al ciclo cósmico de sembrar, recoger y celebrarlo. Con el mismo trajín y el mismo encanto, desde que el mundo es mundo, desde los tiempos heroicos como se puede apreciar en las arriesgadas leyendas de Homero, especialmente en su “Himno a Deméter”, diosa de la cebada y la recolección.

En el otoño las gentes de Campillos siembran sus tierras. Los granos se pudren en el surco y toda la naturaleza se retrae como si ingresara en el reino de los muertos. Los campos, durante el invierno, aparecen desnudos y aterronados. Pero al llegar la primavera, toda aquella energía latente en las entrañas de la tierra, despierta, emerge y, valiéndose de las lluvias de Abril, sale de entre los terrones y asciende vigorosamente.

Los caminos y las cunetas se llenan de vida y de color. Bosques y campiñas se visten de jacintos y narcisos. Los campos de mieses y las praderas se alfombran de verde, salpicados de violetas y flores de azafrán. Estalla la belleza y se adueña la primavera sobre las tierras, los cortijos y también los sueños desde el primero hasta el último labrador.

Yo mismo he presenciado en más de una casa de Campillos cómo los labradores, en primavera, acuden con más asiduidad a visitar sus fincas, porque las tierras quieren amo que las trabaje y las visite. Cuando la espiga de trigo dice “aquí estoy”, “aquí me tienes”, su amo corta unas cuantas, las monta en el coche y las lleva a casa para mostrarlas a su gente y luego ponérselas al Corazón de Jesús o a la Virgen que preside la salita de estar.

Es costumbre. Lo hacen todos los labradores campilleros: Los Aragón, los Mesa, Navas, Recio Campos, los Campos, los Campos Campos, los Padilla, Aguilar, Galeote, Escribano, San Martín, los Alés, los Palop, Valencia, Lago, Peral, los Casasola, los Cuéllar, Avilés, Herrera, los Mellizo Baca, los Aragón Galán, los Carmona, Hinojosa, Baltasar Peña, José Ramón Conde, Macías, Carrión, Guerrero… Todos aman sus haciendas y, en llegando la primavera (como por aquí se dice), se van a ver las lindes que marcaron sus abuelos con ojos de águila, esas tierras que llevan más-dentro porque les dan de comer. Tierras de buena calidad. Con un ph alcalino, que oscila entre el 7’6 y el 8’5. Las mejores tierras de la comarca, lo dice su nombre: CAMPILLOS. El campo está en su origen, como siempre, porque el origen de todos los seres, de todas las cosas, arrancó del barro. Y, ahora…Permítanme la siguiente reflexión: En el instante, en el momento mismo cuando el primer labrador del pueblo de Campillos se presenta en su casa con las espigas de su propiedad, las muestra a los suyos y las coloca en la hornacina a los pies de la Virgen, en ese momento -digo- dan comienzo las fiestas del pueblo. Ese labrador es el pregonero. Y a mí me gustaría cederle estas páginas para que nos cuente el sentido de su ofrenda: ¿Qué es lo que celebra el labrador con ese gesto? ¿Es acaso devolverle a Dios el dominio sobre los campos y las cosas? ¿O hay algo todavía más profundo, algo más inmanente que emerge y se estampa en ese gesto ritual del campillero labrador? ¿No será, acaso, el ansia de un retorno, esa querencia dormida en el océano infinito de nuestra mente que espera volver a los tiempos y a la tierra que pisaron nuestros antepasados, aquellos aristócratas Patriarcas y Profetas?

Yo alcanzo a hacerme estas preguntas. Puedo y sé hacerlas. Mas no sabría contestar. Y así me quedo en la superficie del enigma, en el pórtico de la recolección.

Primero fue la sementera, las aradas y la escarda. Ahora viene la hoz. Escuchen los cantos y el fino silbar de los segadores. Vean alzar al viento la parva con el bieldo. Oigan a los gañanes, listos ellos, revueltos en risas, bien reliados, recordando aquellos viejos consejos para ir tirando por la vida. Después de ver y oír, siéntense ustedes a pensar…, perdida la mirada en lo alto de la torre de la iglesia de Campillos que todos llevamos troquelada como si fuera un injerto. Y ya pueden ustedes descansar.

Descansar…Cuenta el relato bíblico que Dios, al séptimo día de la creación, después de haber hecho al hombre a su imagen y semejanza, viendo que todo estaba bien, se puso a descansar. Lo mismo hizo Hércules, aquel héroe tebano, hijo de Júpiter y de Alcmena, quien después de realizar los doce trabajos (doce son los meses del año), después de haber llevado a cabo aquellas doce temerarias empresas, se fue de vacaciones, se fue a dormir y descansar sobre las arenas de la playa.

A este Hércules, por cierto, lo trajeron aquellos griegos tebanos que se instalaron por aquí, muy cerca de nosotros; en ese bellísimo pueblo fortaleza, el pulcro y bien alcantarillado pueblo de Teba con su derruido castillo en la cima, punto de mira para cañonazos y leyendas, última palabra de otras guerras. Un buen día Hércules se escapó de Teba. Quiso visitar la cuna de España y darse un garbeo por la ciudad de Gades. Y en esa dirección se nos fue.

Bajó a Guadalteba contemplando el inmenso volumen de las montañas que veía a lo lejos, desde el Torcal hasta la sierra de las Nieves. E incitado por las grullas planeadoras se dejó ir. “Nadie se ha muerto por andar”, decía, como si fuera Aquiles el de los pies ligeros.

Cruzó por lugares que, andando los años, serían hermosos pueblos como Cañete la real, Cuevas del Becerro, Ronda, Alpandeire, Benadalid, Benalauría, Gaucín, Jimena, Castellar, La Almoraina, San Roque y La Línea de la Concepción. Al llegar aquí, lo primero que hizo fue bañarse en las azules aguas del mediterráneo, separado entonces del Atlántico por dos altas montañas. Y como gustase de la exageración, esa mentira tan común entre los héroes y los santos, y deseando llegar a Gadir a nado sin alejarse de la costa, vióse obligado a realizar su último trabajo: separar las montañas Calpe y Abila (una en la costa española y la otra en la africana) para, de esta manera, comunicar el Mediterráneo con el Atlántico. Lo hizo en un plis-plas, y, sobre la cima de ambos montes levantó dos columnas, esculpiendo en ellas esta lacónica expresión: “Non plus ultra”.

Desde allí miró hacia España como volviendo sobre sus pasos y vio las márgenes de cuatro ríos: Palmones, Guadarranque, Guadalquitón y Guadiaro, en cuyas vegas asomaban limoneros, granados, membrillos y toda clase de hortalizas. Pudo ver otro río más, el río de la Miel y su vega cultivada con caña de azúcar. Y sabiendo que por allí, gracias a su último trabajo, pasarían griegos, cartagineses, tartésicos, vándalos, visigodos, romanos y musulmanes, cual si fuera un neandertal de antes de los tiempos del Diluvio, puesto en pie, comenzó a desgañitarse vociferando: ¡Yujúuuu…! ¡Oéee, oé oé oé, oé…oé, oé! ¡Oéee, oé, oé…!

Estaba Dios nuestro Creador y Señor del Mundo en su Olimpo, en lo más alto.

Y, estirando los brazos, retorciendo su cuerpo tontorrón, se desperezó. Se puso en pie. Dio un brinco inmejorable. Y vino a posarse sobre una campiña rodeada de albarizas, bujeos y olivares, en el mismísimo lugar donde hoy se ubica la Plaza Cardenal Spínola de Campillos.

Después de girar sobre sí mismo bendiciendo todos los espacios y alrededores, se reclinó sobre la tierra, escupió en el suelo, amasó barro, sopló y le dio vida a esa Vida que es el alma de Campillos. Con los dedos y las manos, cual si fuera un geómetra-alfarero, imaginó y fue entablillando la plaza principal de nuestro pueblo.

Estaba el Creador en el punto exacto donde hace algunos años había un kiosco con figura de palomar, y el hombre que regentaba aquel kiosco a todos saludaba y despedía diciendo: "Venga usted con Dios, vaya usted con Dios". Se llamaba Juan Izquierdo. Allí todos venían y marchaban con Dios, hasta que una mañana se acercó quien sería el primer alcalde socialista al final de la Transición (en las municipales de 1979), el muy querido y apreciado Fernando Parejo. Parejo compró el diario Pueblo, pagó y, al girar sobre sí mismo para irse, escuchó que le decía Juan Izquierdo:

-Vaya usted con Dios.

Y contestó Fernando Parejo:

-Dios no me hace falta. Yo sé ir solo.

Entonces, el alma de Juan Izquierdo, no siendo sino un átomo de Dios olvidado junto a la paz de los vencejos y las golondrinas que anidan en la plaza Cardenal Spínola de Campillos, le hizo recordar a Fernando Parejo aquel dicho: “Aparentar” tiene más letras que “ser”, pero vale menos.

Configurada la plaza, ésta se fue circunvalando con edificaciones, arcos y letreros de neón.

Decía uno: “Posada Antonio Romero”:



Para nada tenía que ver con las gañanías de los cortijos ni con las ventas de los caminos, donde se dormía en colchones más escuálidos y estrechos que una libreta de dos reales. La posada de Antonio Romero fue de aquellas donde el amo se acercaba a saludarte y siempre te decía: ¡Compadre, buen provecho y sirva de salud!

El estanco de Asunción Herrera, el bar Lamparilla de Salvador Morillo y, entre ambos, la Parada de Taxis, las dejó Dios a elección de los clientes.

Después de situar la Plaza de Abastos al comienzo de San Sebastián, le restaban a Dios tres esquinas más. Dos al comienzo de la calle Real.

Se acercó hasta allí. Tomó en sus manos aquel pincel del país de las musarañas y escribió en la esquina a su izquierda: AYUNTAMIENTO. Giró la vista a la derecha, y, a la esquina que tenía ahora frente a Sí, le asignó Dios múltiples funciones: Peña Kímber, Sindicatos, Bar la Lobilla, Peluquería, Palco de honor para miradas deseosas de mujerío y demás oficios de correoso poder. Precisamente, en el mismo lugar donde ustedes nos están viendo, por Semana Santa (1976):



Somos, de izquierda a derecha: 1. Francisco o Juán (de la familia de los Barquero), su padre era el conductor de Obras Públicas. 2. Juan Sánchez Romero. 3. Francisco Domínguez Catalán (municipal). 4. El comandante de Puesto de la Guardia Civil. 5. Juan Morales Padilla. 6. César R. Docampo. 7. Francisco granados Catalán. 8. Miguel Navas Lozano (Juez de Paz). 9. Nicolás García Romero. 10. Francisco Baca Lozano (Mellizo Baca) 11. Bartolomé Martín. 12. Manuel García Lago (municipal, padre de Manolo). 13. Diego Valencia Escobar. Y muchos más.


Todos los ahí presentes, sin saberlo ni caer en la cuenta, dábamos Fé de que allí había estado DIOS, Quien (puestas todas las tildes y comas), eligió el último lugar. El mejor de todos. El más extenso y adecuado, con la entrada mirando al Sur. “Aquí -dijo-, mi Tabernáculo, mi Casa, para que os acerquéis a daros golpes de pecho”. Y bajando los párpados, se cruzó de brazos con el fin de REPOSAR un instante, que fueron tres segundos y duró toda la noche. Andando el tiempo, los vecinos de Campillos eligieron ese lugar como parroquia bajo la advocación de “Nuestra Señora del Santo REPOSO”.


Al día siguiente, con el canto de un gallo, despertó el Señor y se puso de seguida a la tarea: Trazó tres rayas paralelas, tres calles, de Norte a Sur (calle Real, calle En medio, calle Alta), y seis o siete más de Oeste a Este, un poquitín pendientes para que las aguas discurrieran y lavasen los suelos, saneasen las calles y se activasen, sin desajustes, los desagües. Hizo después otra plaza: la Cruz Blanca, con Denominación de Origen. Y viendo Dios que en tiempos de prolongadas lluvias las aguas provenientes del camino de Osuna podrían encharcar ese generoso y tranquilo espacio triangulado, confluencia de las calles Alta, Santa Ana y Carmen, trazó en oblicuo la calle Molinos para que las aguas fluyeran en busca del arroyo del Rincón.


Cuando acabó de abocetar las calles, levantó las manos hacia el cielo y le dijo a los vientos: “¡Eh, eh! Con uno me basta: el Solano”. Y para que así fuese, elevó las tierras por el Calvario y la Cuesta o carretera del Saucejo y estableció más lejos las sierras de la Camorra, el Camorrillo y San Cristóbal.

Previendo los atardeceres de primavera y verano, llamó a los estorninos y lavanderas, a los gorriones y zorzales, a los vencejos, aviones y golondrinas. Todos acudieron al instante y les habló el Señor diciendo: “Os quiero por aquí todas las tardes; dormiréis en estos frondosos árboles. No os preocupéis; no se avistan depredadores”. Dijo el Señor y bostezó susurrando: ¡Bueno, bueno, bueno…!

Cuando se dio cuenta de que restaba lo más arduo para la fundación de un pueblo, exclamó diciendo:


¡Que se acerquen los hombres!”. “Que vengan las mujeres más atractivas y los hombres más tercos y corajudos. No me importa dónde hayan nacido. Me da lo mismo que sean celtas, ligures, íberos, fenicios, cretenses, griegos, carboneros de Osuna o sogueros del Dulce Reino de Galicia. Lo primero que habrán de hacer será agenciarse un arado romano, un arado de palo, y ponerse a sembrar. Éste es su campo. Sea Campochico, Vilacampa, o Al-Ésjaton, se llamará CAMPILLOS.


Han de construir hornos para hacer pan, ladrillos y tejas. Los primeros en llegar tendrán pleitos y disputas con los vecinos de otros pueblos aledaños por cuestión de límites y mojones. Y cuando un hombre se tropiece con una mujer, ella notará que hay una mirada que le traspasa el alma para que se cumpla lo que siempre dije: ¡Creced y multiplicaos! En Campillos ha de haber siempre... una, dos, treinta o cincuenta mocitas que tendrán a todo el señorío alborotado. De manera que... amaos como si fuera un cuento para siempre. El cuento de nunca acabar.


Al poco tiempo, Campillos se despertaba con las primeras luces del amanecer, asomándose hacia las cimas de los montes malagueños salpicados de caseríos blancos, más allá de Peñarrubia, Ardales, Carratraca, Alozaina, Junquera o El Burgo. E hizo el Señor que Campillos y todos los campilleros disfrutasen de un concepto romántico de Justicia, la vista prudente de los caracoles y el olfato de un perro. Así consiguió Dios que Campillos fuese un pueblo andaluz al cien por cien: estoico y fatalista, comerciante y luchador; algo tramposo y algo bribón siempre que necesario fuese. “Nada de gansos”, les había dicho Dios; “Los gansos me salvaron una vez el Capitolio, pero es muy difícil que la historia se repita”.


Por haber creado un pueblo andaluz, el Señor (que es buena gente y muy flamenco), deseando saber cómo se las gastaban los habitantes de Campillos, se propuso pasar visita al pueblo, y ya dentro de sus calles se fue en dirección a la “Peña Kimber”.

En una de las puertas de acceso al bar La Lobilla, estaba Isabel junto a su hijo Alfonso con dos fuentes de almejas a la marinera, más tres o cuatro botellas de manzanilla de Sanlúcar. En éstas se presentó El Señor Dios. Con mucho respeto saludó a los allí presentes, abrazó a Isabel, bendijo el local y se fue tras ellos.

Saliendo a la acera de la calle Real, los siguió hasta una primera puerta que daba a una escalera que subía a una estancia que tenía las paredes recubiertas por esos cartones que sirven para embalar docenas y docenas de huevos. Una estancia muy peculiar donde la agudeza verbal era de tal calibre, mezclando mentiras y reproches con tal arte..., que siempre acababan en jauría de espadachines con cara de garduña, siendo todo un puro teatro. Y así cada día, según el calendario de cada cual.

Cuando llegaron Isabel y su hijo Alfonso con las bandejas, sus majestades los sarracenos de la Peña Kimber le decían a Isabel: ¡Qué guapetona estás! Y, tocando palmas, le cantaban:


Si yo tuviera de dinero lo que tengo de voluntad,

Te daría, de chocolate, el Peñón de Gibraltar,

¡Ole, ole…!”


Eran ellos: Salvador Berdún, Martín El Roto, Andrés Padilla, José Mª Campos, el Sordo Biona (marido de Juanita la peluquera), Antoñito Guzmán, Nicolás Cuellar, Ricardo Macías, Diego Albarrán, El Tabacalero, Diego el Músico, Pepe Manzano, El Berti, Lorenzo, y algunos más. Después de probar las almejas y servirse en vasos la manzanilla, percatándose de que tras Alfonso había una Persona para ellos desconocida, sin saber que fuese Dios, se pusieron de nuevo a tocar palmas cantando todos a una:



“Dos andares tiene el dinero:

Viene despacio y se va ligero,

¡Ole, ole, ole…chim-póm!”


Cantaban, reían, y se aplaudían, todo a la vez.

Pero siendo como eran personas educadas a pesar de su apariencia de cabra loca, invitaron al Señor a una ronda y a que probase unas almejas y degustara una copita de Manzanilla. El Señor no la despreció. Y después de despacharse bien, sacó una moneda de seis óbolos, que era una dracma, la dejó sobre la mesa, bendijo a todos los miembros de la Peña Kimber con su infinita mirada, y se fue escaleras abajo, dejando un perfume a sándalo y a rosas del palacio de Las Dueñas de Sevilla y del palacio de Amezúa, Casa del Reino de Galicia en Madrid. La moneda que había soltado el Señor, la dracma, comenzó a crecer, a multiplicarse, más y más. Estaban sus majestades los sarracenos de la Peña Kimber con los ojos tuertos. Le

llegaban hasta las cejas. No acababan de comprender aquella mudanza monetaria tan creciente y al instante decidieron lo que iban hacer con tantos cuartos:


-¿Qué hacemos con ellos? -dijo Pepe Manzano.

-¡Gastarlos, coño! -respondió Martín, El Roto.

-¡Quia! ¡Ni hablar del asunto! -expuso Salvador Verdún, añadiendo-: Este dinero es sagrado. Ya veremos lo que hacer con él. Para Cáritas, para Aspromanis, para las Cofradías de Semana Santa. Ya se verá. ¿Estamos?

-¡Estamos! –dijeron todos a la vez.



De manera que, respetando la sacralidad de aquellas dracmas, se rascaron los bolsillos, pagaron a partes iguales lo que se debía y se fueron escaleras abajo cantando a media voz:




“Qué alta que va la Luna

Y el lucero en su compaña.

Qué triste se queda un hombre

Cuando una mujer lo engaña,

¡Ole, ole, ole…!”.


Bajó El Señor a nuestras campiñas. Ideó el pueblo de Campillos. Y, entre las cuatro paredes recubiertas con cartones de embalar huevos de la Peña Kimber, nos dejó una dracma con la potencialidad de multiplicarse al infinito. Esa dracma que salió de los bolsillos del Señor bien podría representar el talento tan notable que en Campillos se transmite de padres a hijos. También podría significar aquel arado romano (con su garganta, mancera, bilortas y reja) que fue creciendo, se fue arropando de nuevas funciones, convirtiéndose en “Arados Candilones”, después en el arado de hierro “Iduya” con su doble vertedera giratoria que se cambiaba a cada paso de la besana y, más tarde, en el arado “Bravant” y los arados “Subsoladores”. Para, finalmente, ser sustituidos por su ilustrísima el Tractor, multiplicando rejas, utilizando la “Grada de Discos” y demás artefactos.


Aquellos arados habían dado mucho trabajo a los herreros. El yugo o hubio y las colleras de esparto sobre el cuello de los mulos, más las jáquimas y bozales, daban trabajo a sogueros y talabarteros”.

Entre la sementera, la escarda, la siega y la trilla, los obreros de Campillos aguantaban las lluvias, el barro, los vientos y el frío, el calor y el polvo. Y también el hambre, pero había que llevar a casa un pan bajo el brazo”. (Así lo cuenta D. Federico Manzano Sancho, en su obra-manuscrito “NUESTRO TIEMPO”).


Una cosa es cierta: Aquella dracma que El Señor les había donado a sus majestades los sarracenos de la Peña Kimber, después de multiplicarse, se hamaca en esa imaginación tan brillante y creativa que heredan a beneficio de inventario cuantos nacen en Campillos. Hombres muy corridos que te cazan las mentiras al vuelo, sabiendo de memoria la vida y milagros los unos de los otros.

Es un bien ganancial de propiedad indivisa.

Y…


Siempre habrá nieve altanera que vista el monte de armiño... y agua humilde que trabaje en la presa del molino. Siempre habrá un sol también, un sol verdugo y amigo, que trueque en llanto la nieve y en nube el agua del río". ("Versos del Caminante", de León Felipe).


NOTA BENE:


El vino que bebían los sarracenos de la Peña Kímber era de garrafa. Unos garrafones que Pepe Manzano traía de Sanlúcar de Barrameda, a donde iba a llevar a su hermana mayor, porque su confesor era un capuchino de Antequera que lo habían trasladado a Sanlúcar de Barrameda.

A Pepe Manzano le decía su hermana: “Por qué no me llevas a Sanlúcar que quiero confesarme con el Padre Honorio”. Luego, al final de tantas confesiones, el tal Padre Honorio se salió de fraile, se casó y se fue a vivir con su mujer a uno de aquellos apartamentos que tenía el practicante Vera en Benalmádena. 

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CÉSAR RODRÍGUEZ DOCAMPO. "LA TRANSICIÓN EN CAMPILLOS (MÁLAGA), TRAS LA MUERTE DE FRANCO".




























































sábado, 9 de julio de 2022

(I) LA TRANSICIÓN VISTA DESDE CAMPILLOS, POR D. CÉSAR RODRÍGUEZ DOCAMPO (I): PRESENTACIÓN.

 

EN PRÓXIMAS PUBLICACIONES, VAMOS A TRASLADAR AQUÍ CONTENIDO DEL LIBRO DE MEMORIAS DEL EX ALCALDE DE CAMPILLOS CÉSAR RODRÍGUEZ DOCAMPO, "LA TRANSICIÓN EN CAMPILLOS (MÁLAGA), TRAS LA MUERTE DE FRANCO" (publicado y vendido, en la actualidad, en Amazon):
 
 
 
 
 
 
    

PRESENTACIÓN:


Después de la muerte de Franco no fue fácil la Transición.

Aventurarse y bregar sobre una cancha de reivindicaciones, amnistías, sustos, conquistas de libertad y alguna que otra tormenta, tuvo sus riesgos, como veremos.

Tampoco es fácil relatarlo. Nadie está en posesión absoluta de la Verdad. Donde hay una persona hay siempre algo de verdad; una perspectiva personal, nueva y distinta, sobre la realidad de las cosas. Convendría escuchar a todos, sumar todas las perspectivas y después contarlo. Por consiguiente, mis palabras admitirán con agradecimiento cualquier clase de réplica, antítesis o corrección, en la seguridad de que en mí es verdadero todo aquello que admito en los otros; y será falso todo aquello que les niegue a los demás.

Para convivir cohesionados y en paz dentro de los límites de un municipio, sería conveniente acertar a exponer todos los puntos de vista y escucharnos con respeto, en la noble aventura de sumar voluntades y apaciguar conciencias.

Recuerdo que en muchos pueblos de Sudáfrica, cuando nace un hijo, siempre hay un miembro de la familia que lo toma en brazos y lo levanta hacia el cielo diciendo: “Naces en un país que ha sido capaz de perdonar y seguir adelante”.

Hablar sobre Campillos me obliga a establecer un perfil en dos dimensiones. Su Perfil Romántico: lo perenne, lo mágico e irracional. Y en segunda instancia, el Perfil Humano e Histórico, a ras del suelo, donde sentarse y detenernos a pensar las cosas que acontecieron y por qué transcurrieron como transcurrieron.

Permítanme, además, decirles que yo no creo en la objetividad, sí en la subjetividad. Lo objetal u objetivo es siempre un “algo amorfo”, “sin forma”, es decir: carente de inteligibilidad. Así pues, confieso que hablaré a mi aire, a mi manera, subjetivamente, por supuesto, con entera libertad en las formas y en el fondo, sobre todo en los temas más candentes, porque los acontecimientos de un pueblo tienen un carácter tan venerable que exigen desenfado y un cierto coraje frente a los embrollos de la política o las tramposas manipulaciones de la historia.

La guerra civil, por fuerza, debiera estar presente en esta historia.

Siendo alcalde de Campillos, en mis manos aparecieron papeles que, al leerlos, se me erizó el vello de los brazos. Lo comenté con el Gobernador, D. Enrique Riverola, y me dijo que los quemara. ¿...?


Fue tremenda la represión. Si los primeros mártires de Campillos fueron sesenta y seis, cuyos nombres figuraban en las lápidas que mi Corporación sustituyó el 15 de Agosto de 1977, los mártires del bando republicano fueron más de quinientos. “Anónimos”, hasta el momento, porque la Historia (algunas veces) es cobarde.

Bajo la forma de Flashback, asomo a los lectores en cinco momentos a la crueldad de nuestra Guerra Civil, valiéndome del testimonio de una persona que, siendo de derechas e ilustrada, nos ofrece su visión (a mi juicio, neutral e impecable) sobre la primera parte del holocausto en Campillos. Me estoy refiriendo a D. Federico Manzano Sancho. Queda por escribir la historia de la otra parte. Y, como le dije en su momento al Gobernador Civil D. Enrique Riverola, cuando me preguntó con qué criterio había sido Campillos el primer pueblo de toda España en cambiar las lápidas de los Caídos, no supe otra cosa que decirle: "Porque yo creo que, respecto a los muertos de nuestra Guerra Civil, hay que contarlos a todos (a los de uno y otro bando) y sentir dolor.


Y, hablando de Campillos, además de otras muchas fuentes, quiero recordar a mi buen amigo Alfonso Valencia Lozano por su saber y sus notables reflexiones respecto a CAMPILLOS. Alfonso es un analista que conoce y se maneja con soltura por entre los recovecos, refranero y abismos de su pueblo natal. Alfonso sabe de los gozos, los quebrantos y alegrías enjauladas en el alma de las gentes campilleras; alegrías y quebrantos que no se dieron nunca pero se dan siempre y a cada instante. Alfonso expresa y nos hace ver la supratemporalidad y el falansterio de muchísimas historias de aquellos tiempos arduos de cuando la guerra, el hambre, la emigración y el estraperlo.


Haciendo constar mi agradecimiento a D. Miguel Manzano Alés (el hijo mayor de D. Federico Manzano) quien me autorizó para servirme de las memorias de su padre, y a mi buen amigo Alfonso Valencia Lozano, a todos mi gratitud y afecto más sincero.


Jerez, a 25 de Junio de 2015.


CÉSAR RODRÍGUEZ DOCAMPO. "LA TRANSICIÓN EN CAMPILLOS (MÁLAGA), TRAS LA MUERTE DE FRANCO".

 
 
 

 
 
 
 

 
 



 


martes, 28 de junio de 2022

"VECINOS DE SANGRE", DE PEDRO CORRAL.

 

El periodista y escritor Pedro Corral, uno de los autores más destacados por su capacidad de descubrir visiones inéditas de la Guerra Civil Española, presentará su nuevo libro, Vecinos de sangre, el próximo jueves, 26 de mayo, a las 19.30 horas, en el Centro Riojano de Madrid (Serrano, 25), en un acto en el que también intervendrán, Esperanza Aguirre y Joaquín Leguina, expresidentes de la Comunidad de Madrid.

 

Corral ha reunido en esta investigación exhaustiva sobre quince mil testimonios de porteros, vecinos o comerciantes, centenares de historias de aquellos que vivieron a pie de calle el conflicto. Una obra, renovadora y excepcional, que recorre una geografía de Madrid punteada de miedo y violencia, pero también de coraje y humanidad por parte de españoles de ambos bandos. En definitiva, un homenaje a la generación que vivió y sufrió la contienda y que supo cerrar aquellas heridas con inmensa generosidad.

 

Vecinos de sangre se construye a través del estudio de los relatos de los madrileños en cada portal, escalera o casa de la ciudad. Esos testimonios muchas veces dan lugar a que el autor indague en hechos desconocidos, que van desde lo más escalofriante a lo más enternecedor, sobre la derrota del golpe militar, las checas, la persecución religiosa, las matanzas de presos gubernativos, los bombardeos franquistas, el hambre, la Quinta Columna o las incautaciones.

 

Así, el autor ofrece numerosos capítulos inéditos de la Guerra Civil en Madrid, como es la represión republicana contra los porteros, la valerosa actuación de la policía gubernamental para frenar los atropellos de las milicias, la ejecución de una gran redada por toda la ciudad para detener a militares retirados o la revelación de sacas de presos de las cárceles nunca contabilizadas.  

 

El libro también incluye impresionantes relatos sobre la solidaridad y la humanidad entre personas de distintos bandos, y sobre el coraje y el sacrificio de quienes arriesgaron su vida por defender la del prójimo a pesar de su distancia ideológica, al lado de estremecedores testimonios sobre quienes dieron rienda suelta a sus más bajos instintos. Una mirada a pie de calle sobre la contienda que ofrece una perspectiva insólita, la de los Vecinos de sangre.

 

 

 




 

 

 

domingo, 12 de junio de 2022

MONUMENTO A LOS CAíDOS 1939-1940 CAMPILLOS PLAZA CARDENAL SPINOLA

 En las lápidas de la Cruz de los Caídos, puestas en 1939-1940, siendo Alcalde D. Federico Manzano Sancho (desde 1-abril-1939 hasta 24 enero 1940), en sustitución del Alcalde D. Eulogio Monteagudo Garrido, cesante por enfermedad, figuraban un total de 66 nombres. En las declaraciones de testigos, extraidas de PARES y publicadas en esta página, se hace mención a un total de 54 muertos. En palabras de D. Alfonso Ruiz Padilla, autor de los libros CAMPILLOS, 1936 e HISTORIAS DE PUEBLOS DEL NORTE DE MÁLAGA DURANTE LA GUERRA CIVIL, "esas 12 personas más las pongo en mi libro como posibles caídos, pues pudieron serlos en el frente, aunque hay pocos detalles. Por lo tanto, la leyenda de la lápida que pone "caídos" a los 66 nombres, no es correcta. Con toda probabilidad, serían 12 caídos y 54 víctimas de la represión de las autoridades locales del Frente Popular".

 

 

 

 

 

 

Primera Cruz de los Caídos, en la Plaza Cardenal Spínola.
 

 

 


Lápidas con los 66 nombres

 

viernes, 10 de junio de 2022

"A MI PADRE, NO". DIEGO MORENO JORDAN. DIARIO 16, 22 DE OCTUBRE DE 1983.

 "A MI PADRE, NO". Diego Moreno Jordan. Diario 16, 22 de Octubre de 1983:

 

 

 "Junto al análisis de la reciente decisión vaticana, he aquí un testimonio valiosísimo: el de uno de los familiares de los "canonizables". Contando el caso particular de los muertos de ambos bandos en su pueblo y la reconciliación aún reciente, se niega a que conviertan en "mártir" a su padre."



"El día 16 de agosto de 1976, la Cruz de los Caídos de mi pueblo -Campillos- fue objeto de una "reconversión": las dos lápidas en que estaban inscritos los nombres de los "caídos" en uno solo de los bandos de la guerra civil fueron sustituidas por otras dos; en las que constaba una leyenda --"Campillos, a todos los muertos en la guerra"-- y campeaban unos versos de Jose María Hinojosa, poeta campillero de la generación del 27, fusilado por los "rojos" y otros de Miguel Hernández, cuyo nombre no reclama mayor precisión.

 

Lápidas                                     


La decisión fue tomada por un Ayuntamiento, aún no democrático, pero sí compuesto por personas racionales, sensibles y generosas, y contó con la aprobación de todos, salvas las excepciones de rigor. Bueno, pues en las lápidas desterradas estaban escritos los nombres de mi padre y de hasta 23 parientes míos, en mayor o menor grado. Ni que decir tiene que la decisión municipal contó con mi aplauso.

Mi padre fue fusilado por los "rojos". Naturalmente, yo no puedo justificarlo, porque pienso que la muerte no debe darse ni al más consumado criminal; porque mi padre no la merecía y porque no la sufrió en cumplimiento de sentencia: fue simplemente "paseado". También otros fueron pasados por las armas, no precisamente por los "rojos", ni todos tras un juicio.

Siempre he pensado que, si bien la muerte de una persona no se justifica nunca, en ocasiones la actitud de alguna clase que se produce de manera injusta, frívola o provocadora, determina irracionalidad en la clase a quien toca el papel de víctima, hasta el extremo de llevarla a vengar en los individuos de aquélla las culpas, negligencias o errores de su colectivo, creador de una situación injusta. Nadie personalmente me parece culpable. Todos, si no se aplican a cortar la espiral de la venganza. Por eso, a mí no me costó ningún trabajo perdonar -y hasta comprender- a los que mataron a mi padre. Por eso y, porque en mi niñez, pude observar cómo las criadas de mi casa o las de mis amigos eran obligadas a ir a misa, a aprender el Ripalda y a prescindir del maquillaje, pero no supe de ninguna que hubiera sido enseñada a leer.

Ahora quieren beatificar a los "mártires de la Cruzada". Por Dios, a mi padre, no. Como su hijo y heredero pido formalmente que nadie sea osado de tomar su nombre como signo de división entre un español y otro español. Que ya está bien de muertos, compañeros. Y de santos. Tengo para mí que, si en el martirologio constituyen mayoría los clérigos, monjes, frailes, religiosos y grandes de este mundo, acaso porque sus amigos tuvieron medios para conseguir su canonización, en la vecindad de Dios tienen mejor sitio los pobres, los trabajadores, los pacíficos -ellos verán a Dios-, las madres de familia, los que padecieron persecución por la justicia...Y que más de un poderoso habrá escuchado o tendrá que escuchar: "Hijo, acuérdate de que recibiste tus bienes durante la vida y Lázaro, en cambio, males. Ahora él está aquí consolado y tú atormentado." Estoy persuadido -y no quiero ser temerario ni faltar a la caridad- que acaso más santos haya entre las víctimas de los nacionales que entre los "mártires de la Cruzada", acaso porque, entre éstos, no demasiados merecieran escuchar el "ven, bendito de mi Padre, porque tuve hambre y me diste de comer, anduve desnudo y me vestiste, estuve en la cárcel y me viniste a visitar...".


Perdonar                          


En cuanto a mí, espero que mi padre -y yo en su día-, si no entre los ciento cuarenta y cuatro mil sellados, sí tengamos un lugar entre la "gran multitud que nadie podía contar, de toda nación, tribu, pueblo y lengua", que en Patmos vio San Juan "en pie, delante del trono de Dios y del Cordero". Por ello no quiero que ni su memoria, ni mi palabra, ni mis actos, ni, en cuanto pueda, los de mis hijos sirvan, siquiera sea por negligencia o error, para dividir aún más a los españoles, a cuya división no contribuyeron en poca medida quienes más obligados estaban a recordar el deber de perdonar hasta setenta veces siete, y a no olvidar que el juicio pertenece a Dios."



 


 

viernes, 3 de junio de 2022

D. JUAN SALGUERO MORALES, D. MANUEL FUENTES ESCOBAR, D. SALVADOR HINOJOSA CARVAJAL, D. JOSE MARIA HINOJOSA LASARTE, D. COSME PADILLA SANTACRUZ Y D. FRANCISCO PADILLA SANTACRUZ. DECLARACIONES DE TESTIGOS. FC-CAUSA_GENERAL, 1058, EXP.5 1941-1942: NO SE HA PODIDO CITAR A NINGÚN FAMILIAR COMO TESTIGO.

 

DECLARACIONES DE TESTIGOS. FC-CAUSA_GENERAL,1058,EXP.5  1941-1942: DECLARACIONES DE FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS  DE CAMPILLOS (FOL. 1779 A 1892).

 

 D. JUAN SALGUERO MORALES, D. MANUEL FUENTES ESCOBAR, D. SALVADOR HINOJOSA CARVAJAL, D. JOSE MARIA HINOJOSA LASARTE, D. COSME PADILLA SANTACRUZ Y D. FRANCISCO PADILLA SANTACRUZ: 

 


 " Diligencia.../ Acredito por ella que por el Alguacil se manifiesta no haber podido citar a ningun familiar de Don Juan Salguero Morales, Don Manuel Fuentes Escobar, Don Salvador Hinojosa Carvajal, Don Jose Maria Hinojosa Lasarte, Don Cosme Padilla Santacruz, y Don Francisco Padilla Santacruz, por no residir en esta villa ninguno de ellos, ignorandose qué domicilio tengan, y doy cuenta a SSª doy fe. Campillos 13 de Enero de 1942."

 
 
 
Fuente: 
 

PARES (Portal de Archivos Españoles):

http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/4637466

 

 


 

 

D. BENITO AVILES CASASOLA. DECLARACIONES DE TESTIGOS. FC-CAUSA_GENERAL, 1058, EXP.5 1941-1942: DECLARACIÓN DE Dª ANA AVILES CASASOLA, HERMANA DE D. BENITO AVILES CASASOLA.

 

DECLARACIONES DE TESTIGOS. FC-CAUSA_GENERAL,1058,EXP.5  1941-1942: DECLARACIONES DE FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS  DE CAMPILLOS (FOL. 1779 A 1892).

 

DECLARACIÓN DE Dª ANA AVILES CASASOLA , HERMANA  DE D. BENITO AVILES CASASOLA: 

 

 "Declaración de Ana Aviles Casasola. En Campillos, a 14 de Noviembre de 1941, ante el Sr. juez con mi asistencia compareció el anotado al margen a quien SSª enteró de la obligación que tiene de ser veraz y de las penas con que el Codigo castiga el delito de falso testimonio en causa criminal; previo juramento que prestó en legal forma de decir verdad en todo lo que sepa y se le pregunte manifestó llamarse como queda dicho, de 55 años, de estado casada, de profesión sus labores, natural de Campillos, vecino de idem, domiciliado en calle General Franco 24 , ha sido procesado SSª enteró al declarante de la obligación de comparecer para declarar ante el tribunal competente cuando cite al efecto, asi como tambien la de poner en conocimiento del Juzgado los cambios de domicilio que hiciere hasta ser citado para el juicio oral, bajo apercibimiento si no lo cumple de ser castigado con la multa de 5 a 50 pesetas a no incurrir en responsabilidad criminal por la falta; y ofreció cumplirlo e interrogado convenientemente dijo:

 

" Que la declarante es hermana de Don Benito Aviles Casasola, de profesion labrador, ignorando si estaba afiliada a algun partido politico; que cuando fue asesinado tendria unos cuarenta y nueve años; Que ignora quien lo detuvo; que fue detenido en su domicilio; que fue detenido el dia 23 de Julio de 1936 siendo conducido a la carcel, y sacado con otros varios el quince de Agosto del mismo año en que fue asesinado; que ignora que personas intervinieran en la muerte. Que su defuncion está inscrita en el Registro civil de esta villa. Que era natural de esta poblacion, hijo de Don Francisco Aviles Duran y Dª Luisa Casasola Duran, de estado casado con Dª Maria Orellana Martinez, y dejo tres hijas llamadas Maria Luisa, Francisca y Carmen, de 10, 9 y 7 años respectivamente.
Leida que le fue en ella se ratifica y firma a SSª doy fe." ".
 
 
 
Fuente: 
 

PARES (Portal de Archivos Españoles):

http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/4637466

 

 


 

 


D. FRANCISCO HINOJOSA LACARCEL. DECLARACIONES DE TESTIGOS. FC-CAUSA_GENERAL, 1058, EXP.5 1941-1942: DECLARACIÓN DE D. JOSE MARIA HINOJOSA LACARCEL, HERMANO DE D. FRANCISCO HINOJOSA LACARCEL.

 

DECLARACIONES DE TESTIGOS. FC-CAUSA_GENERAL,1058,EXP.5  1941-1942: DECLARACIONES DE FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS  DE CAMPILLOS (FOL. 1779 A 1892).

 

DECLARACIÓN DE D. JOSE MARIA HINOJOSA LACARCEL , HERMANO  DE D. FRANCISCO HINOJOSA LACARCEL: 

 

 "Declaración de Jose Maria Hinojosa Lacarcel. En Campillos, a once de Noviembre de 1941, ante el Sr. juez con mi asistencia compareció el anotado al margen a quien SSª enteró de la obligación que tiene de ser veraz y de las penas con que el Codigo castiga el delito de falso testimonio en causa criminal; previo juramento que prestó en legal forma de decir verdad en todo lo que sepa y se le pregunte manifestó llamarse como queda dicho, de 25 años, de estado soltero, de profesión labrador, natural de Malaga, vecino de Campillos, domiciliado en calle General Franco 9 , ha sido procesado SSª enteró al declarante de la obligación de comparecer para declarar ante el tribunal competente cuando cite al efecto, asi como tambien la de poner en conocimiento del Juzgado los cambios de domicilio que hiciere hasta ser citado para el juicio oral, bajo apercibimiento si no lo cumple de ser castigado con la multa de 5 a 50 pesetas a no incurrir en responsabilidad criminal por la falta; y ofreció cumplirlo e interrogado convenientemente dijo:

 

" Que el declarante es hermano de Don Francisco Hinojosa Lacarcel, de profesion propietario,que estaba afiliado a Accion Popular y Jefe de la Jap de Malaga; que cuando fue asesinado tenia 29 años, Que fue detenido por Diego Morgado Bermudo, Juan Valle Oliva (a) El Chavo y otros individuos mas de esta villa, y fue detenido en Ronda conduciendolo hacia esta villa y despues de martirizarlo barbaramente fue asesinato en la carretera de Ronda a Gobante en el sitio proximo al rio; que ignora que clase de heridas presentara cuando fue encontrado su cadaver. Que las personas intervinieron en el crimen son los que le detuvieron, encontrandose el Morgado en extranjero y el Juan Valle Oliva en la carcel de Malaga. Que la defuncion ha sido inscrita en el Juzgado Municipal de Ronda. Que era natural de Malaga hijo de Don Jose Maria Hinojosa Carvajal y Dª Angela Lacarcel Carrera, que estaba casado con Dª Pilar Bohorquez Peñalver, y dejo cuatro hijos nombrados Jose Maria, Angelita, Francisco y Pilar que tenian 6,5,4 y 2 años respectivamente.
Leida que le fue en ella se ratifica y firma a SSª doy fe." ".
 
 
 
Fuente: 
 

PARES (Portal de Archivos Españoles):

http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/4637466

 


 






 

D. ANDRES GUERRERO MARTIN. DECLARACIONES DE TESTIGOS. FC-CAUSA_GENERAL, 1058, EXP.5 1941-1942: DECLARACIÓN DE D. DIEGO GUERRERO MARTIN, HERMANO DE D. ANDRES GUERRERO MARTIN.

 

DECLARACIONES DE TESTIGOS. FC-CAUSA_GENERAL,1058,EXP.5  1941-1942: DECLARACIONES DE FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS  DE CAMPILLOS (FOL. 1779 A 1892).

 

DECLARACIÓN DE D. DIEGO GUERRERO MARTIN , HERMANO  DE D. DIEGO GUERRERO MARTIN: 

 

 "Declaración de Diego Guerrero Martin. En Campillos, a 6 de Noviembre de 1941, ante el Sr. juez con mi asistencia compareció el anotado al margen a quien SSª enteró de la obligación que tiene de ser veraz y de las penas con que el Codigo castiga el delito de falso testimonio en causa criminal; previo juramento que prestó en legal forma de decir verdad en todo lo que sepa y se le pregunte manifestó llamarse como queda dicho, de 54 años, de estado casado, de profesión campo, natural de Campillos, vecino de idem, domiciliado en calle General Franco 68 , ha sido procesado SSª enteró al declarante de la obligación de comparecer para declarar ante el tribunal competente cuando cite al efecto, asi como tambien la de poner en conocimiento del Juzgado los cambios de domicilio que hiciere hasta ser citado para el juicio oral, bajo apercibimiento si no lo cumple de ser castigado con la multa de 5 a 50 pesetas a no incurrir en responsabilidad criminal por la falta; y ofreció cumplirlo e interrogado convenientemente dijo:

 

" Que el declarante es hermano de Don Andres Guerrero Martin, de profesion empleado; que no estaba afiliado a ningun partido; que cuando fue asesinado tenia 52 años. Que fue detenido el dia 11 de Setiembre de 1936, en el Cortijo de las Camorrillas, por varios individuos entre ellos Juan Escobar, que se encuentra preso en Malaga, conduciendolo hasta este pueblo pero sin entrar en él, y en la carretera de Peñarrubia, fue asesinado. Que no sabe qué personas intervinieran en el crimen pero sospecha que uno de ellos fuera el mismo Juan Escobar cuyo segundo apellido ignora. Que su defuncion ha sido inscrita en el Registro civil de esta villa. Que ignora las heridas que presentara pues cuando fue hallado el cadaver estaba ya en esqueleto. Que era natural de esta villa hijo de Diego Guerrero Perez y Dolores Martin Diez, de estado casado con Lucia Llamas Cuellar, y dejó siete hijos llamados, Dolores, Diego, Antonio; Jesus, Juan Enrique y Ana, de 24,23,20, Jesus 18,16,15 y 16 años respectivamente.
Leida que le fue en ella se ratifica y firma a SSª doy fe." ".
 
 
 
Fuente: 
 

PARES (Portal de Archivos Españoles):

http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/4637466

 

 


 

 


 

jueves, 2 de junio de 2022

D. JOSE MARIA CASASOLA CASASOLA, D. ANTONIO CASASOLA CASASOLA Y D. ALFONSO CASASOLA CASASOLA. DECLARACIONES DE TESTIGOS. FC-CAUSA_GENERAL, 1058, EXP.5 1941-1942: DECLARACIÓN DE Dª DOLORES CASASOLA FONTALVA, MADRE DE D. JOSE MARIA CASASOLA CASASOLA, D. ANTONIO CASASOLA CASASOLA Y D. ALFONSO CASASOLA CASASOLA .

 

DECLARACIONES DE TESTIGOS. FC-CAUSA_GENERAL,1058,EXP.5  1941-1942: DECLARACIONES DE FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS  DE CAMPILLOS (FOL. 1779 A 1892).

 

DECLARACIÓN DE Dª DOLORES CASASOLA FONTALVA , MADRE  DE D. JOSE MARIA CASASOLA CASASOLA, D. ANTONIO CASASOLA CASASOLA Y D. ALFONSO CASASOLA CASASOLA: 

 

 "Declaración de Dolores Casasola Fontalva. En Campillos, a 6 de Noviembre de 1941, ante el Sr. juez con mi asistencia compareció el anotado al margen a quien SSª enteró de la obligación que tiene de ser veraz y de las penas con que el Codigo castiga el delito de falso testimonio en causa criminal; previo juramento que prestó en legal forma de decir verdad en todo lo que sepa y se le pregunte manifestó llamarse como queda dicho, de 67 años, de estado viuda, de profesión  sus labores, natural de Peñarrubia, vecino de Campillos, domiciliado en calle Guzmanes 5 , ha sido procesado SSª enteró al declarante de la obligación de comparecer para declarar ante el tribunal competente cuando cite al efecto, asi como tambien la de poner en conocimiento del Juzgado los cambios de domicilio que hiciere hasta ser citado para el juicio oral, bajo apercibimiento si no lo cumple de ser castigado con la multa de 5 a 50 pesetas a no incurrir en responsabilidad criminal por la falta; y ofreció cumplirlo e interrogado convenientemente dijo:

 

" Que la declarante es madre de Don Jose Maria, Don Antonio y Don Alfonso Casasola Casasola, que estaban afiliados a Accion Popular los dos primeros, Que tenian 43, 35 y 25 años de edad respectivamente cuando fueron asesinados de profesion Oficiales de Correos el Jose Maria y Alfonso y labrador el Antonio; que el dia veintinueve de Julio de 1936 fue a detenerlos en su domicilio el cabo de los guardas de Campo Jose Valencia Valencia, y como estaba enferma de gravedad una hija de la declarante desistió de ello habiendole manifestado el Alcalde Pedro Velasco a su hijo Jose Maria que habia sido una equivocacion, pero en la madrugada del dia veinticuatro de Agosto del mismo año, se presentaron unos cuantos milicianos y bastantes individuos de este pueblo a los que no conoció a detenerlos y los sacaron de su domicilio metiendolos en unos automoviles y llevandolos directamente a la carretera de este pueblo a Peñarrubia los asesinaron. Que ignora que personas fueran las que cometieran el crimen. Que sus cadaveres fueron hallados pero ignora las heridas que presentaran. Que la defuncion de los mismos ha sido inscrita en el Registro civil de esta villa. Que el Jose Maria era natural de Peñarrubia, y los otros dos de Campillos, hijos de Don José Casasola Duran y la declarante, de estados solteros.
Leida que le fue en ella se ratifica y firma a SSª doy fe."".
 
 
 
Fuente: 
 

PARES (Portal de Archivos Españoles):

http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/4637466

 

 


 








"CRÓNICAS DEL VIENTO SOLANO", DE D. BARTOLOMÉ SOTO GIL.

 D. Bartolomé Soto Gil, desde el mes de Junio de 2022, en su blog titulado " CRÓNICAS DEL VIENTO SOLANO ", comparte con los intern...